SANTA VICTORIA ESTE, Salta.- A cien metros del puesto fronterizo con Bolivia, en el chaco salteño, el vecino Tito Antero Galarza, de 57 años, levantaba una tapia de ladrillos que abarca todo el frente de su casa. Así intenta contener la próxima crecida del río, que supone inminente. Su vivienda quedó convertida en un lodazal luego de que el sábado pasado el Río Pilcomayo se desbordara y el agua alcanzara en el pueblo unos 60 centímetros de altura.
